Filosofía de dragones
Stephen Hawking dijo alguna vez:
«La filosofía ha muerto»
¿Es esto cierto? Mario Bunge responde que:
«La filosofía no ha muerto pero está gravemente enferma»
En la actualidad, la mayoría de las personas no advierten la importancia de la filosofía porque están distraídos por la ciencia positivista (en el mejor de los casos), o por acciones triviales; de tal forma que no evidencian que ellos mismos utilizan la filosofía como premisa primera de todas sus acciones de la vida cotidiana. Si no se percatan de esto, mucho menos se pueden dar cuenta que constantemente se influencia su manera de pensar por medio de una vastedad de situaciones que acostumbran como placenteras. El joven común acostumbra hacer diariamente dos cosas, a saber: ver su red social y atender a una serie actual. Una de las series televisivas con mayor popularidad en el pasado lustro ha sido el conocido programa «Game of Thrones«, basado en la saga «Canción de hielo y fuego» del escritor George R.R. Martin.
Esta saga, tanto los libros como el programa de Hollywood, ha hecho ruido entre la sociedad precisamente por la complicada trama que maneja y por los controversiales temas que pone en juego. Esta serie, me parece, es uno de los temas más importantes de la actualidad porque, aún en una sociedad en la que la filosofía está enferma, R.R. Martin ha logrado filtrar una novela de calidad y, al mismo tiempo, popular que alcanza a influir en las mentes de millones de jóvenes. Juego de tronos es una crítica política, ética y social, pero lo interesante es que no es precisamente actual, sino que incluso puede ser atemporal. Las situaciones que se presentan mantienen una constante que no ha variado absolutamente nada a través del tiempo, y por eso pueden asociarse con problemas políticos-filosóficos de pensadores como Hobbes, Freud, Machiavelli, Kant, Nietzsche, Aristóteles y a corrientes de pensamiento tal como el epicureísmo.
Puede sonar un poco ridículo que nos refiramos a una fantasía para explicar política y filosofía, pero esta misma práctica ya la llevaba a cabo Platón en su época. Después de todo, la novela bien escrita es un instrumento para reflejarnos a nosotros mismos. Los filósofos han examinado la conciencia moral de varios personajes ficticios como, por ejemplo, El Principito. Incluso Niccolò Machiavelli discutió en su obra «El príncipe» a personajes como Moisés y Aquiles.
Al principio de la saga de Game of Thrones, se nos presenta el personaje Eddard Stark, Hand of the King. El gran deseo de
honor, justicia y lealdad de Stark, lo llevó a él y a su familia a ser soberanos de Winterfell. En el primer capítulo de la serie de TV, observamos cómo Eddard decapita a un desertor de Night’s Watch. Esta acción la hace por obediencia a la ley, pero se presenta una disertación entre su propia moralidad contrapuesta con la supuesta justicia de la norma. Gracias al honor y amistad que tenía con Robert Baratheon, el Rey, acepta su oferta de ser su consejero real, Hand of the King. Un gran sentido de fuerza, lealdad y templanza son algunas de las características principales de este hombre. Incluso podemos describirlo como un personaje aristotélico y kantiano. Stark es un hombre de familia y de fidelidad a la ley. Por honor e imperativo categórico, decapita a un hombre de quien predicaba su inocencia. La distinción de ley, moral y ética es uno de los principales temas debatidos en esta saga. La decisión ética de Stark es obedecer la ley y sus principios, sus imperativos categóricos –como diría Kant. Sin embargo, podemos percibir una contradicción en el actuar de Eddard Stark. La ley no es justicia, porque está corrupta y segada bajo el velo de la ambición de poder del hombre. Se puede considerar etiquetar a Stark de idealista. Él lleva a cabo la ley y acepta su destino, pero, al hacer esto, se condena a sí mismo y a su familia. Cuando Stark descubre que Cersei Lannister, la infiel esposa del Rey, practica incesto y que su dinastía no era de la línea de la Casa de Baratheon, le hace saber que le dirá la verdad a King Robert, a saber: que Joffrey Baratheon, el heredero del Trono de hierro, es genéticamente pura sangre Lannister. Tras la supuestamente accidental muerte del rey, Joffrey Baratheon condena a Eddard Stark a muerte por traición. La corte y la ciudadanía actúan como si quisieran evitar el baño de sangre del condenado, pero Joffrey, el nuevo rey, lo sentencia de todos modos. Se puede encontrar algo socrático en su aceptación de destino. Es capturado y sancionado por sus ideales, y al no darles la espalda, encuentra su muerte. Es demasiado tarde.
“The only time a man can be brave is when he is afraid.”
«Winter is coming.»
Asimismo, uno de los personajes que llaman más la atención en la serie de TV es el liliputiense Tyrion Lannister. Él es la viva
imagen de todos los posibles conflictos freudianos existentes debido a que siempre se le ha inculpado de la muerte de su madre al darle a luz. En la serie, se presentan constantemente las burlas de su reducido tamaño y sus consecuencias en su vida y capacidad amorosa. Tyrion es un hombre determinado que actúa siempre con toque de cinismo, no con resignación, sino viviendo la vida estando consciente de ella, como el filósofo Friedrich Nietzsche advierte. La forma de vida de Tyrion es muy comparable con la corriente filosófica post-socrática llamada el epicureísmo. El pequeño Lannister se regala a sí mismo placeres carnales, seduce y disfruta de delicadezas que la vida le presenta. De igual modo, se regocija de deleites intelectuales, como la lectura y la retórica, artes que domina más que nadie en King’s Landing. En uno de los capítulos, un hombre le reprocha por su fruición por la palabra escrita. El enano confiesa que alguien con su debilidad corpórea tiene que poseer armas más fuertes. Tyrion Lannister se cultiva en amistades, banquetes y conocimiento; vive éticamente a comparación de su linaje. Seguramente a Freud le hubiera encantado conocer al que hubiera sido un excelente paciente para el desarrollo del psicoanálisis.
“Once you’ve accepted your flaws, no one can use them against you.”
“Sleep is good…And books are better.»
Los fracasos personales son características principales de los personajes de Game of Thrones. Todos aquellos que están reclamando el Trono de hierro se han enfrentado con sus propios demonios y sombras del pasado. La Casa Lannister mantiene el trono, pero su herencia es ilegítima por incesto. La Casa Baratheon es heredera lícita del trono por sangre, pero el fanatismo religioso de Stannis Baratheon y sus conflictos familiares con su hermano menor le han privado de conseguir el trono. Más aún, Daenerys Targaryen reclama el Trono de hierro como suyo en exilio, pero sus tropas están del otro lado del océano de King’s Landing y sus dragones se han vuelto impredecibles. La Casa Tyrell tiene la mejor técnica en el juego de tronos en todos los siete reinos, sin embargo, no ha podido ganar. Por último, la Casa Stark jugó bajo las reglas, y justamente por eso, los Starks mueren uno a uno. Si Machiavelli tuviera HBO, hubiera podido escribir tomos y tomos acerca de estos conflictos éticos y políticos.
“There is only one god and his name is Death. And there is only one thing we say to Death: Not today.”
– Ma. Isabel Inzunza Gómez